Jueves de la undécima semana del tiempo durante el año

«Ustedes oren así: “Padre nuestro…”». Mt 6, 9


El cristianismo no es una ONG donde solo cuenten las capacidades de sus miembros y las acciones concretas que hacen. El cristianismo es una religión en la que las personas forman una iglesia para estar con Dios, descubrir su voluntad y así marcar la historia con buenas obras. Pero el gran protagonista es el propio Dios; por eso, no hay experiencia cristiana sin auténtica vida de oración. Quien no descubrió la importancia de la relación con el Señor en la oración puede hasta ser un gran filántropo, pero no es aún un cristiano. Señor, ya que nos enseñaste a orar, danos también el gusto por practicarla. Paz y bien.

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Viernes de la duodécima semana del tiempo durante el año

“Jesús extendió la mano y tocó al leproso”. Mt 8,3

Según las reglas judías, nadie podría tocar a un leproso pues se quedaría impuro. Sin embargo, Jesús, el Dios hecho carne, no tiene reparo en tocarlo. El maestro sabía que tocándolo no se contagiaría de la impureza de aquel hombre, sino le devolvería la pureza y la salud. De nuevo Jesús demuestra que su misión no es huir de los impuros, de los pecadores, de los desgraciados, sino, al contrario, es ir al encuentro de ellos para devolverles la gracia que necesitan. Dios está siempre dispuesto a tocarnos y sanarnos aunque estemos completamente deshechos por el mal. Acudamos con confianza a Él, que quiere siempre salvarnos. Paz y bien.

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Jueves de la duodécima semana del tiempo durante el año

«No son los que me dicen: “Señor, Señor”, los que entrarán en el Reino de los cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre». Mt 7, 21


Es muy fácil afirmar cosas que después no encuentran correspondencia en nuestra vida. Muchas veces nos impresionamos con el hablar de una persona, pero, cuando nos aproximamos y la conocemos mejor, descubrimos que eran puras palabras. Dios no se deja engañar por nuestras palabras. Para Él no basta decir que soy un cristiano si después no soy capaz de amar a mi prójimo, si no perdono, si no participo de la Iglesia. Las palabras por sí solas no son capaces de salvarnos. El evangelio es para ser vivido en lo concreto. Paz y bien.

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Miércoles de la duodécima semana del tiempo durante el año

“Por sus frutos los conocerán”. Mt 7, 16

Muchas veces queremos juzgar a las personas antes de conocerlas o antes de verificar sus acciones concretas. Estos prejuicios nos llevan a equivocaciones injustas. A veces confiamos en quien no deberíamos y otras veces maltratamos a quien no se lo merece. Es muy importante ser pacientes y verificar concretamente la vida de las personas. El puro hablar no es garantía de que uno sea todo lo que dice. Todos deberíamos estar más atentos al modo de actuar de quien se nos presenta (amigos, novios, políticos, vecinos, líderes…) antes de etiquetar a alguien como bueno o como malo. Maquillarse de bueno es fácil, pero actuar como una buena persona es exigente. Paz y bien.

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