Martes de la undécima semana del tiempo durante el año

“Sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo”. Mt 5, 48


Tenemos un modelo que seguir, que nos estira hacia la perfección: el Padre celestial. Toda nuestra vida debe ser un caminar hacia Él mejorándonos cada día. Debemos aprender de Él el amor, la bondad, el perdón. No podemos quedarnos arrastrándonos en este mundo entre venganzas, odios, prejuicios y discriminaciones. Dios Padre es tan bueno que no tiene límites en el amor. Y nosotros no podemos perderlo de vista, no podemos perder la dirección. Aunque seamos tan pequeños y limitados, debemos cada día inspirarnos en Él en nuestras acciones. Es por eso que debemos estar siempre en contacto con Él para, de a poquito, ir transformándonos en Él. Paz y bien.

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Miércoles de la duodécima semana del tiempo durante el año

“Por sus frutos los conocerán”. Mt 7, 16

Muchas veces queremos juzgar a las personas antes de conocerlas o antes de verificar sus acciones concretas. Estos prejuicios nos llevan a equivocaciones injustas. A veces confiamos en quien no deberíamos y otras veces maltratamos a quien no se lo merece. Es muy importante ser pacientes y verificar concretamente la vida de las personas. El puro hablar no es garantía de que uno sea todo lo que dice. Todos deberíamos estar más atentos al modo de actuar de quien se nos presenta (amigos, novios, políticos, vecinos, líderes…) antes de etiquetar a alguien como bueno o como malo. Maquillarse de bueno es fácil, pero actuar como una buena persona es exigente. Paz y bien.

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Martes de la duodécima semana del tiempo durante el año

“Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas”. Mt 7, 12


No somos seres aislados. La convivencia no es algo opcional entre los humanos. Todos necesitamos de los demás. El problema está en que muchas veces solo nos damos cuenta de lo que necesitamos y nos pasan desapercibidas las necesidades de los demás. La religión busca justamente ayudar a la convivencia, despertándonos para el servicio, a salir de nuestro egoísmo. De hecho, las Sagradas Escrituras nos enseñan con sencillez un principio universalmente valido: Haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti. Si lo practicamos, será un placer la convivencia entre nosotros. Paz y bien.

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Nacimiento de san Juan Bautista: 24 de junio

“Cuando a Isabel se le cumplió el tiempo del parto, dio a luz a un hijo (Juan)”. Lc 1, 57


Dios siempre puede hacer maravillas en nuestra vida. Juan Bautista es un ejemplo de esto. Su madre, Isabel, era estéril y ya muy avanzada en edad cuando quedó embarazada, mostrándonos que para Dios nada es imposible. Nosotros no debemos desesperarnos cuando nos parece que el Señor nos tiene olvidados, sino que debemos perseverar en oración, pues, a su tiempo, Dios no defrauda a quienes ponen en Él su confianza. Si queremos conocer el poder de Dios, recemos confiados y con mucha perseverancia, pues Él nos hará testigos de su poder y de su gloria. Paz y bien.

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