Los cultivos, que estaban distribuidos en once parcelas, fueron descubiertos en un área boscosa del departamento de Canindeyú (noreste) con el apoyo de helicópteros de la Fuerza Aérea, según el comunicado de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad)

En las inmediaciones también se encontraron seis campamentos en cuyo interior había 4.100 kilos de marihuana picada, que fueron posteriormente quemados.

De acuerdo con la Senad, las hectáreas destruidas habrían producido unas 109 toneladas de marihuana que habrían alcanzado u precio de tres millones de dólares en el mercado negro.

La operación “Canindeyú IV”, que tiene como objeto golpear los cultivos de marihuana en esa región, está liderada por la Senad y cuenta con la ayuda de la Policía Federal de Brasil.

Paraguay es el mayor productor de marihuana de Sudamérica y Brasil el principal destino de esa droga.

Esto confirmó el Director de Establecimientos Penitenciarios, Rubén Peña, quien indicó que inicialmente fue una quema de colchones, lo cual generó la puesta en marcha del protocolo para este tipo de conflictos.

Cada pabellón cuenta con un promedio de entre 160 a 200 reos, remarcó el alto funcionario gubernamental. De momento se convocó a fuerzas que habitualmente ofrecen apoyo a los guardiacárceles que están en el reclusorio, acotó.

El penal de Emboscada ya había tenido el mes pasado un principio de conflicto, cuando 19 reos, entre los que se halla el pastor José Insfrán, iniciaron una huelga que, afirmaron, era de hambre. Sin embargo al cuarto día se desactivó.

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Entonces habían reclamado por la reinstauración de las visitas intimas en las privadas, que se había cancelado, como medida complementaria al nuevo régimen que imperará en las penitenciarías de máxima seguridad.

Los movimientos con tendencia al motín, estaban dentro de las posibilidades, teniendo en cuenta el endurecimiento de las condiciones en que, después del operativo Veneratio, resolvieron aplicar, para evitar el fortalecimiento de clanes, como los que convirtieron al penal de Tocumbo en prácticamente una “oficina” de criminales, desde donde partían órdenes de asaltos, extorsiones, e incluso sicariatos.

La noticia para nuestro país es relevante en sentido negativo, teniendo en cuenta que el rio Paraguay “nace” en el sitio, por lo que se espera bajantes que apunta hacia una crisis hídrica de proporción significativa. Eso impactará fuerte en la navegabilidad de embarcaciones mercantes, principal vía de exportaciones e importaciones paraguayas.

Los resultados sobre el Pantanal indican que, en los primeros cuatro meses del año, cuando debería haber ocurrido el pico de las inundaciones, la superficie promedio cubierta por agua fue menor que la del período seco del año pasado.

El estudio fue encargado por WWF-Brasil y realizado por la empresa especializada ArcPlan, con financiamiento de WWF-Japón. La diferencia con respecto a otros análisis basados en datos satelitales es el uso de datos del satélite Planet.

“Gracias a la alta sensibilidad del sensor satelital Planet, pudimos mapear el área que queda cubierta por agua cuando los ríos se desbordan. Al analizar los datos, observamos que el pulso de inundación no ocurrió en 2024. Incluso en los meses en que se esperaba este desbordamiento, tan importante para el mantenimiento del sistema Pantanal, no ocurrió”, destaca Helga Correa, conservación especialista de WWF-Brasil, quien también es uno de los autores del estudio.

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“En general, se considera que hay sequía cuando el nivel del río Paraguay está por debajo de los 4 metros. En 2024, esta medida no superaba 1 metro. El nivel del río Paraguay en los primeros cinco meses de este año estuvo, en promedio, un 68% por debajo del promedio esperado para el período”, afirma Helga. “Lo que nos preocupa es que, a partir de ahora, el Pantanal tienda a secarse aún más hasta octubre. En este escenario, es necesario reforzar todas las alertas sobre la urgente necesidad de medidas de prevención y adaptación a la sequía y la posibilidad de grandes incendios”.

En la Cuenca Alta del Río Paraguay, donde se ubica el Pantanal, la temporada de lluvias se presenta entre los meses de octubre y abril, y la temporada seca, entre mayo y septiembre. Según el estudio, entre enero y abril de 2024, la superficie promedio cubierta por el agua fue de 400 mil hectáreas, durante la temporada de inundaciones, por debajo del promedio de 440 mil hectáreas registradas en la temporada seca de 2023.

El documento fue presentado a instancias del diputado Hugo Meza, quien solicita el detalle de la forma y criterio que se tienen en cuenta a la hora de distribuir el combustible a las comisarías del país.

Además, solicita la remisión de datos que se refieren a la cantidad de combustible que se distribuyen a las comisarías y por patrullera, en todo el territorio nacional.

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Otro punto del informe es si la cantidad de combustible que se distribuye resulta suficiente para las labores encomendadas.

La propuesta tuvo el apoyo unánime de los diputados presentes en la sesión de este último miércoles.